Sin apenas darme cuenta,
me he despertado esta mañana
bajo el peso de tus lágrimas ausentes.
Tus palabras como cayendo del cielo
y una mirada perdiéndose
en un instante para siempre congelado.
También está el peso de todo
lo que pude evitar pero que al final
se me acabo cayendo de las manos.
(Agosto 2011)
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