domingo, 15 de junio de 2008

Viernes, Junio 2008
(Apuntes)

Veo en tu persona lo inalcanzable, lo inacabable.
Me veo sumergido en sueños, en magma de espíritu
porque tú eres ella, luz quimera, amor que explosiona.
Me zambullo en el yo. Quisiera ir hacia ti pero qué (...)
Tú se aparece ante mí como un todo inabarcable, incontrolable.
Quisiera cazarte, creer que eres mía durante cinco minutos;
pero quién soy yo para interponerme entre tú y la gloria.
Soy nada, sólo un ser serpenteante, reptil sin vida propia,
ajeno a mi mundo, ajeno a vuestra voluntad, víctima de todos de nadie.
Podéis morderme: me río de ese dolor y desprecio vuestra vacuidad.
Tú en la cama, yo a solas, en una realidad pura. Nacimiento, muerte.
Emerge la luz, recuerdo pesadillas recientes, la vida es descenso.
Pudiera, acaso, abrazarte, sumergirme en tu seno, sentir que me acoges.
Detesto la humanidad. Aislamiento, tu, yo, en cualquier parte:
si nuestras almas fueran una sola podría, entonces, abandonarme,
respirar y soñar con el nuevo mañana.

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