sábado, 1 de diciembre de 2007

The Dillinger Escape Plan
"Ire Works"

Antes de entrar en profundidad, voy a ir al grano. Si creyera en lo sublime casi diría que este disco es una obra maestra. Cuanto más lo escucho más me alucina. Con este disco me pasa como con casi todo el material que han ido grabando estos chicos de New Jersey. Me obsesiona y monopoliza mis horas musiqueras. Ok, hecha la reseña, vamos a entrar en terrenos retrospectivos…

Cuando The Dillinger Escape Plan se presentó, allá por el 99, con "Under the Running Board" yo y mis colegas más metaleros nos quedamos sin palabras. Literalmente. Aquel descarado e histérico hardcore metálico veloz como el grindcore y ensamblado con apuntes jazzísticos era incontestable. Incluso mis colegas más obtusos (los que consideraban que Anthrax eran unos vendidos por haber tocado con Public Enemy) flipaban. Aquello era insultante: unos críos que tocaban como dios y metían más caña que Incantation y Pyrexia juntos.

Después de aquel magnífico EP, llegó a nuestras manos su primer disco, "Calculating Infinity". El impacto se prolongaba. Tocaban mejor (!!!), más rápido, más técnico, más preciso. Fueron muchos los intentos de etiquetar el sonido de los Dillinger, pero que quereis que os diga, a mi ninguno me ha convencido hasta ahora: que si posthardcore, que si noisecore, que si mathcore, blablabla. "Calculating Infinity" superaba la imaginación de cualquier oyente, por muy agudo que fuera éste. Hardcore, grindcore, jazz, death metal técnico (en la onda de Cynic o Atheist). Daba igual: aquel sonido era inmenso. Y crecía con cada escucha.

Tras un largo hiato, con algunas grabaciones y problemas de salud por en medio, "Miss Machine" era el segundo largo de estos visionarios. Un disco verdaderamente importante. Yo diría que un punto y a parte en la carrera de Dillinger. Más ecléctico todavía: estructuras pop-rock (novedad!), más melódico en algunos segmentos, composiciones más variadas y sorprendentes. "Miss Machine" era toda una declaración de principios: no estamos aquí para ponerselo fácil a nadie.

La incorporación del supercachas Greg Puciato dotaba al sonido de Dillinger de una dirección completamente imprevista. Vale, a mi no me hizo gracia ver aquel musculator al frente de la banda pero, además de gritar tan bien como lo hacía Dimitri, no cantaba nada mal, porqué negarlo.

Composiciones como "Setting Fire to Sleeping Giant" fueron las responsables de que muchos fans se despidieran (con insultos) de los de New Jersey. Por mi, que les den: "Baby's First Coffin" suena a gloria.

Y llegamos a este "Ire Works". Ok, nos ha quedado claro, Dillinger no se quiere casar con nadie. Y si "Miss Machine" era la panacea del eclecticismo, "Ire Works" es la panacea de la esquizofrenia. Si nos habíamos acostumbrado a esos arreglos jazz en una tormenta grindcore, ahora nos tenemos que acostumbrar a oir algún piano enmedio de las caóticas avalanchas marca de la casa o riffs black metaleros sobre bases electrónicas a la Aphex Twin / Kid606, violines, algún tema puramente rock.

Supongo que serán más los fans que renegarán de este nuevo paso en su discografía, pero, sinceramente, no creo que hayan entendido un carajo de qué va esto. No, no se han apastelado, esa violencia sigue estando ahí… Ni siquiera la huida en el último minuto del imprescindible Chris Pennie, batería de otro mundo, ha hecho mella en el grupo. Siguen sonando a ese descontrol controlado que tanto nos ha gustado escuchar estos años.

El caos sonoro de "Ire Works" funciona con una cohesión inimaginable. Dillinger siguen sonando frescos, con muchísima soltura. Comprometidos simplemente con ellos mismos, grabando lo que desean en cada momento. Y eso se nota. La soltura con que ensamblan arreglos imposibles, una técnica depuradísima, la genialidad de los múltiples hallazgos… es un disco casi ofensivo en su perfección. Los momentos más violentos del disco suenan con un poder absoluto (impresionantes riffs) y los momentos más "líricos" son pegadizos y, no sé, se quedan dentro, te tocan.

The Dillinger Escape Plan es uno de aquellos grupos que, pase lo que pase, avanzan, sorprenden. Nos recuerda lo grande que puede llegar a ser la música. Bravo.

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