Escenas de un bar

1.

Decidido ya
en algunos casos
a derramar mi pequeña voz
en vuestros mundos ya escritos.
Decidido ya
que soy un satélite que titubea
en órbita alrededor de todos vosotros
– inapetentes aunque deslumbrantes
   astros engendrados recién.
Decidido ya
que no somos más que posibles intenciones
que no somos más que el susurro de la vida.
Decidida ya
la bruma que decorará
tantos sueños que se perderán.