miércoles, 18 de marzo de 2009

Textos:
Vasili Grossman

Luego, una vez sentados a la mesa, Gúrov observó:
-Eh, camarada, has tenido que pasarlas canutas si lloras por una canción alegre.
Chuikov le fulminó con una mirada viva y desconcertada.

Vida y destino, Vasili Grossman

2 comentarios:

Guillem dijo...

válgame dios que sí. el poder de la música... el. poder. de. la. música.

minoxidilo2porcien dijo...

jajajaja!Harry haller, el lobo estepario, solo fue feliz dos veces en su vida..una de ellas fue escuchando un concierto de música clásica..un abrazo!