Luego, una vez sentados a la mesa, Gúrov observó:
-Eh, camarada, has tenido que pasarlas canutas si lloras por una canción alegre.
Chuikov le fulminó con una mirada viva y desconcertada.
Vida y destino, Vasili Grossman
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2 comentarios:
válgame dios que sí. el poder de la música... el. poder. de. la. música.
jajajaja!Harry haller, el lobo estepario, solo fue feliz dos veces en su vida..una de ellas fue escuchando un concierto de música clásica..un abrazo!
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