Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acabará con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.
Las partículas elementales, Michel Houellebecq
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2 comentarios:
mmm...jejeje..hasta cierto punto de acuerdo..pero queda una vía abierta: La mística. No el petardeo occidental, ni el amateur de las tiendas ecológicas, ni el principiante de Reiki o yoga..algo más elevado. Hay un cuento de Rumi en el Matnawi, ya te diré cual es..no recuerdo el nombre ahora, en el que habla de la locura y el humor como forma de afrontar la vida..pero muy bueno tu último poema. Abrazos hermano!
que hostias tìo, siempre igual
y si pensaras que al final el sufrir hace parte de la vida, como la mismisima muerte, y que serìa mucho màs inteligente vivirsela còmo viene?
con todas sus "pequenyas muertes" que vienen y van y construyen una persona en su intimidad.
sabes que no paso por buen momento, digamos que paso ahora por una de estas penyas muertes. pero voy a seguir vivendo con mi humor y mi locura, còmo dice el "hermano" aquì encima
love siempre
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