miércoles, 27 de agosto de 2008

Textos:
Jean Baudrillard

El paroxista indiferente, 1997
La identidad es un sueño de una absurdidad patética. Se sueña con ser uno mismo cuando no se tiene nada mejor que hacer. Se sueña con ello cuando se ha perdido la singularidad (y la cultura es precisamente la forma extrema de singularidad de una sociedad)

Baudrillard y las agonías del arte, link aquí
¿Qué pegas le pone ahora Baudrillard al arte contemporáneo? Sobre todo, la inanidad, el aburrimiento, el agotamiento, la nulidad, el darle vueltas a lo mismo con un despliegue técnico más o menos hábil pero sin ofrecer un mínimo de alimento para la inteligencia: algo así como una gran anorexia mental provocada por la bulimia de los artistas. (...) El arte contemporáneo se compone de «imágenes en las que no hay nada que ver», y «se dedica a apropiarse de la banalidad, del desecho, de la mediocridad, como valor y como ideología». (...)
Por lo demás, en el auge actual de un cierto tipo de foto se pueden ver plasmados los juicios del pensador parisino: en ellas se retratan personas normales, neutras, que no parecen tener nada relevante que decir, o seres marginales que azuzan la curiosidad sensacionalista y como mucho agregan un comentario demasiado evidente. «La nulidad, la insignificancia, el sinsentido. (...) La obra del sociólogo francés revela un cierto estado de ánimo entre unos espectadores que no es que no entiendan: es que intuyen que no hay nada que entender. Un sentimiento de frustración sustituye entonces al placer o a la provocación del pensamiento. Citas abusivas, copias e imitaciones con una absoluta carencia de rigor intelectual se suceden en un mundo en el que la sensación de pufo, antes exclusivo de los no-enterados, está a la orden del día.
(fuente: lavozdigital.es)

La violencia de lo global
La analogía entre los términos “global” y “universal” es engañosa. La universalización tiene que ver con los derechos humanos, la libertad, la cultura y la democracia. Contrariamente, la globalización se refiere a la tecnología, el mercado, el turismo y la información. La globalización parece ser irreversible, considerando que es probable que la universalización vaya de salida. Al menos parece estar retirándose como un sistema de valores que se desarrolló en el contexto de la modernidad Occidental y no podía compararse con cualquier otra cultura. Toda cultura que deviene universal pierde su singularidad y muere.

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