miércoles, 26 de marzo de 2008

Portishead, (o el don
de la oportunidad)

11 años después, Portishead vuelve a aparecer con un nuevo disco. Y ahora, al igual que en aquella época, lo hace en tiempos turbulentos. Podría decirse que su música es la banda sonora de los dramas que acechan mi tambaleante recorrido vital. Hace 11 años paseaba, también tambaleante, por las calles de Barcelona, drogado, como siempre, atormentado, para variar, ajeno a mí mismo, al mundo entero. Poco o nada ha cambiado mi persona desde entonces. Bueno, ya no soy un risueño estudiante seguro de todo, contra el mundo, contra todos.

Tras la tercera escucha el disco ha ganado enteros. Y con una cuarta escucha puedo predecir que quedaré totalmente enganchado. Así son los buenos discos: sólo con varias escuchas puede uno llegar a asimilar tanta cantidad de información, de matices. Y sí, me voy a enganchar.

Queda la pregunta de si mi madurez (juas juas) evitará que vuelva a repetir el esquema de hace 11 años... Queda el consuelo de que, ahora, no vivo con mis amados papi y mami y, por lo tanto, no puedo permitirme determinados abusos, físicos, químicos, mentales, horarios.

Este es un amago de vómito bloguero. Quién me lo iba a decir hace 11 años. Tal vez las cosas han cambiado realmente. Con vuestro permiso, le doy al replay.

Bona nit.

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